¿Gabinete tóxico el de Trump?

Más certero es que Sánchez manifiesta modales de chico pijo democrático y, sin embargo, su gobierno pervive.

HUELVA, 18 DE NOVIEMBRE 2024.

La pregunta no parte de la izquierda. Lo asevera. Esta gentuza recuerda el dicho evangélico sobre “ver la paja en ojo ajeno y no percibir la estaca en el propio”. Es cierto que Trump tiene formas y fondos de dictador macarra, pero ahí lo ven triunfando con mayorías absolutas. Más certero es que Sánchez manifiesta modales de chico pijo democrático y, sin embargo, su gobierno pervive, sí pervive, merced a ministros borreguiles y socios que odian a los españoles.

Gusta a la izquierda de Errejón defender, cara al sol feminista, la ley del sí y ocultar, de espaldas al exterior, cómo ellos practican el sexo vigoroso y enérgico, a juzgar por los años que el lugarteniente del gran fornicador de Galapagar impartía clases magistrales sobre el no y el sí. Proyéctese esta hipocresía de pope vallecano a la ecologista “jaja” Ribera, a la rapiñadora Montero, a los generalillos Robles y Marlaska, al gran Ábalos, o los voceros Bolaños y Albares.

NOTA. Al lado de esta caterva de cínicos, de santurrones y de fariseas, el gabinete del nuevo presidente de EE.UU. es un movimiento pedagógico mixto de Montessori y Freire en el barrio sevillano de las tres mil viviendas. Toda una tropa de fingidores que exhiben sentimientos opuestos a los que anidan en su interior. Es un hecho el cerco de la justicia norteamericana a Trump. Suceso singular que se minimiza en la pluralidad judicial de Begoña, Ábalos o Berni…

…Y COROLARIO. El príncipe de Maquiavelo reflejaba, antes que a Fernando de Aragón, al cruel César Borgia, paladín de “la unión de la política con las sotanas”. De él aprendió Sánchez, pero ya venía aprendido de casa.

RECORDATORIO. Sánchez, como Borgia, lo tiene claro, para que Felipe VI se entere: “O César o nada”. Ahora mismo, equidista.