HUELVA, 16 DE MAYO 2024.
El desgobierno hace furor. Lo suyo es violencia desatada y biliosa. Interprétenlo como moda arrebatadora a medio camino entre la demencia y el delirium tremens. A falta de homenajes a la ciudadanía trabajadora, el pasivo reflejo de Moncloa y la activa intransitiva Yoli celebran que casi dos millones de pobres de solemnidad cobrarán el ingreso mínimo vital (IMV). Lejos de ensalzar su política de trabajo, preside el funeral, corpore insepulto, del desempleo.
De tres millones de parados en estado de exclusión social, más de la mitad se mueren de pobres. Todo un éxito para un ejecutivo déspota que hurga en los bolsillos vacíos de estas personas vulnerables a fin de blindar su continuidad en el poder. Se congratulan con que millones de desposeídos carezcan de recursos económicos básicos y no puedan cubrir sus necesidades elementales. En ese miserable agujero de su sórdida madriguera viven felices Pedro, Yoli y Bego.
NOTA. La pobreza sistémica trae causa del riesgo soberano, propio de un gobierno de titiriteros que incumple su deber de bienestar y de progreso. En defecto de confianza hacia las instituciones, no cabe posibilidad de superar la pobreza ni la exclusión. Ríanse de la Seguridad Social enferma de una lamentable carencia de ética. Defiéndanse del comunismo epidérmico y externo de este presidente vividor, maestro en la mentira, el engaño y el fraude continuados…
…Y COROLARIO. La trampa letal de los subsidios es la inexistencia de la contraprestación. Se incrementa el gasto público a costa de sacrificar la inversión empresarial. Los trabajadores costean el déficit y la deuda galopantes.
RECORDATORIO. El banco de alimentos es la manifestación que rezuma el contenido del título. Lloro por el precario estado psicológico de quienes limosnean alimentos.
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