HUELVA, 14 DE MAYO 2024.
Han pasado seis días de la Mesa Redonda sobre el Centenario de Paco Girón y no había escrito nada sobre ella. ¡Salió todo tan bien!. ¡Se dijeron tantas virtudes de Paco! que pensaba estar todo dicho, sobre la personalidad humana y espiritual de don Francisco. Y quedaba poco más por añadir.
Las intervenciones de los ponentes (Daniel Valera, Ramón Fernández, Luis Gentil y Pilar Miranda) fueron oportunas, magníficas y fáciles de coordinar. La sala del Centro Cultural “Garcia Palacios” estaba llena de un público que conocía la historia del cura y todos podían contar algún testimonio de lo que aprendimos de él.
Pero, el tiempo limitado no lo permitía y nos debímos conformar con la opinión de los responsables de los cuatro ámbitos donde, más tiempo, se desenvolvió la vida del sacerdote, “Siervo de Dios”.
Paco Girón, sacerdote, en la Curia diocesana. El Vicario General, Emilio Rodriguez, se refirió a él con cariño, afirmando: “Paco, hacía lo que le daba la gana…, pero siempre con amor…”
El presidente del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, Juan Luis Vallejo, recordó la notable influencia espiritual y humana de Paco sobre las miles de personas que hicieron cursillos, durante 40 años.
NUNCA TENÍA PRISAS EN SU CORAZÓN
Ramón Gonzalez, de la Parroquia de San Pablo, en la barriada de Fuentepiña, se refirió a la entrega total del cura a un barrio humilde, con la ayuda de un grupo de hombres y mujeres de la barriada.
Concha de la Corte, directora de la “Casa Paco Girón”, intervino emocionada para señalar testimonios de una persona que, no quería ver su nombre en ningún sitio y ella lo convenció al decirle cual era el fin de la Casa.
Me hubiera gustado escuchar al primer presidente de la Asociación pro canonización del cura, Manolo Galán, por las razones que le llevan a seguir el proceso con entusiasmo y esperanza, 15 años después de su muerte. Pero, un problema de salud le impidió disfrutar de un acto soñado por él.
Manolo lleva grabado, en su frente, un decálogo con las 10 razones principales del por qué Paco Girón debería ser canonizado.
Está plenamente convencido de ellas y, cuando las recita, lo hace con el entusiasmo, de quien le brotan del corazón.
Termino como lo hice en la Mesa Redonda: “De Paco Girón brotaba un manantial inagotable de vida. Vivía el optimismo de Jesús. Con la sonrisa que hace feliz a los demás.
El cura estaba muy ocupado. Pero, nunca tenía prisas en su corazón. Era cercano y sabía escuchar como nadie.
Vivió sin bienes materiales, ni ego ni poder. Con el sueño de cortar dos orejas al toro de la vida.
Paco fue, en la tierra, un hombre de Dios. Un torero de Dios.
¡BUENOS DÍAS!.
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