HUELVA, 26 DE SEPTIEMBRE 2024.
Hoy, se cumple un año y un mes (septiembre 2023) del día que me presentaron a una de las personas más educada y agradecida que he conocido en los últimos tiempos.
Al enviarle los primeros WhatsApp, me contestaba de inmediato y se despedía con la frase: “Un millón de gracias”. Este sentido de gratitud e inmediatez, en las respuestas, me llamaba la atención, al no ser habitual en un mundo, donde “cada uno va a lo suyo, menos yo que voy a lo mio…” -dice mi amigo Josemari-.
Este juego de palabras (en forma de chiste sobre los comportamientos de los trabajadores de una empresa ) se extiende a nuestra sociedad que se desenvuelve en el marco de los derechos y deberes, y mucha gente no pide una cosa, sino la exige…
Por tal motivo, quien se sienta con derecho a todo, nunca se sentirá impulsado a agradecer alguna cosa a alguien y, todavía, menos a escribir, en un WhatsApp: “Un millón de gracias”. Una frase pequeña, de cuatro palabras, pero con un gran significado vital: por una parte, hace sentir bien a la persona que la oye.
Por otra, es la recompensa para quien haya hecho algo bueno. O la forma que tienes de agradecer la atención o el favor que recibiste.
HAY MILES DE MOTIVOS PARA DAR GRACIAS…
Cada día, tenemos muchos motivos para dar las GRACIAS: “Gracias por el regalo del día y la vida a celebrar”. “Gracias por la luz y el sol que nos ilumina”. “Por la salud”. “Por los alimentos que tenemos a diario”.
“Por la ayuda que alguien nos brinda, en la calle, en el trabajo o en el supermercado…”“Gracias por tener a mi lado una familia que me quiere”. “Por existir alguien que escucha lo que queremos decir”.
“Por la ayuda y consejos que, de joven, me dieron para encontrar mi destino”. “Gracias a mi compañera/o, por seguir a mi lado, a pesar de mis errores”.
“Gracias por los buenos y malos momentos de la vida, necesarios para crecer y fortalecerse”.
“Gracias por tu amistad, amiga/o de Facebook. Por estar aquí, cada mañana, asomado/a a esta ventana.”.
Podría seguir con más motivos, pero estoy a punto de pasar las 40 lineas, y he de terminar de escribir.
Antes, si me permites un consejo, te invitaría, para el curso que comienza ser más agradecido que el anterior, con quienes te rodean en tu familia, amigos, compañeros de trabajo…
¡Qué nunca desparezca la palabra “Gracias” de tu vocabulario!. Unas veces no la damos por olvido, y otras por timidez. Sin caer en la cuenta que, la gratitud en silencio, no sirve a nadie.
Quien recibe un beneficio, nunca debe olvidarlo (agradecido). Y, quien lo otorga, nunca debe recordarlo (humildad) El agradecimiento es la memoria del corazón.
Mi amigo, al que conocí hace un año y un mes, es una persona muy educada y de gran corazón. Por ello, le gusta terminar, sus mensajes en WhatsApp, con las cuatro palabras más esperadas y humanas que existen: “Un millón de gracias”.
¡BUENOS DÍAS!.
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