HUELVA, 3 DE JULIO 2024.
La táctica del avestruz es propia de la clase dirigente. Uno no diferencia al ave corredora del gobernante. Ambos especímenes, emplumados, esconden su cabeza pequeña bajo sus alas y metaforizan el tamaño de sus menguantes gónadas. Chamberlain se erigió, ante Hitler, en símbolo de la rendición como umbral de la guerra. El alemán, loco furibundo, no podía engañar al británico ni a nadie. El nazisanchismo avisa que pensemos como Churchill si queremos paz.
El Pacto del CGPJ recuerda el Acuerdo de Munich de 1938. A sabiendas, Chamberlain y el francés Daladier autorizaron a Hitler a amputar Los Sudetes de Checoslovaquia. El erróneo criterio de apaciguamiento del PP me preocupa. No se puede entregar al sanchismo nazi el control del poder judicial. No se puede consentir que el marido de Bego regale a los golpistas vascos y catalanes un pedazo de la tierra, de la historia y del alma de España.
NOTA. La barrabasada de Chamberlain coadyuvó al estallido de la II Gran Guerra. Los pusilánimes constituyen la tropa de lo que Chejov denominó locos contagiosos que nos legan espacios de la enfermedad social del desquicie. Cualquier paso sensiblero del PP en este tiempo en que Begoña señaliza la senda a seguir, acrece la vertiginosa carrera del frentismo. Ella recoge el aliento vital de Agripina y de Popea Sabina, madre y esposa del demente Nerón…
…Y COROLARIO. Hitler se cargó a Hindenburg. Sánchez a Juan Carlos I. Después del padre, el hijo. La Constitución ampara a Felipe VI. Hasta que Pumpido la enmiende.
RECORDATORIO. Un timorato cree salvarse del degüello. Como refería el golpista venezolano Chávez, “este país se arregla con tres mil entierros de primera clase”. Por ahí vamos.
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