HUELVA, 29 DE AGOSTO 2024.
La reciente firma de un convenio entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el partido mexicano Morena ha suscitado una ola de críticas que señalan un preocupante giro hacia la radicalización del partido socialista. Este acuerdo, presentado en México por Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, y Mario Delgado, presidente de Morena, plantea interrogantes sobre la dirección que está tomando el PSOE al estrechar lazos con un partido asociado a regímenes autoritarios y corruptos en América Latina.
El convenio firmado contempla la colaboración en actividades políticas, procesos electorales y la promoción de espacios de formación y debate, todo bajo el pretexto de "impulsar políticas progresistas a ambos lados del Atlántico". Sin embargo, esta alianza pone de manifiesto la peligrosa proximidad del PSOE con movimientos de extrema izquierda que, como Morena, están vinculados a gobiernos que han socavado la democracia y los derechos humanos en sus países.
Morena, partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, ha sido acusado de erosionar las instituciones democráticas en México y de implementar políticas que favorecen la concentración de poder y la corrupción. Además, esta alianza se suma a una serie de vínculos del PSOE con regímenes como el venezolano, cuyo historial de violaciones de derechos humanos y gestión económica desastrosa es bien conocido.
Este convenio no solo refuerza la radicalización del PSOE, sino que también evidencia su disposición a colaborar con gobiernos autoritarios que desprecian las libertades fundamentales. Al tiempo que Santos Cerdán proclamaba la importancia de "dar la batalla a la ultraderecha", el PSOE parece ignorar las preocupantes similitudes de Morena con otros partidos de extrema izquierda que han destruido economías y reprimido a su propia gente.
El acuerdo ha sido percibido por muchos como un intento del PSOE de afianzar su base más radical, alejándose de los principios democráticos y alineándose con fuerzas políticas que representan lo peor del autoritarismo en América Latina. Esta alianza no solo compromete la reputación internacional de España, sino que también pone en peligro los valores democráticos que deberían guiar cualquier colaboración política.
El giro del PSOE hacia alianzas con partidos de extrema izquierda y regímenes autoritarios plantea serias dudas sobre su compromiso con la democracia y los derechos humanos, y sugiere una inquietante tendencia hacia la radicalización ideológica. ¿Está el PSOE dispuesto a sacrificar sus principios por una agenda política que se alinea más con el autoritarismo que con la democracia? Solo el tiempo lo dirá.
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