UN APAGÓN CONTRA PEDRO MENTIRAS
El apagón peninsular simboliza la desigual batalla que la presidenta Ayuso libra contra las tropas sanchistas que quieren rendir la...
HUELVA, 14 DE MAYO 2024.
Los resultados de estas elecciones son elocuentes, pero para nada sencillos. Sería una conclusión simple afirmar a secas que Salvador Illa es el ganador invicto de la contienda. Es el ganador, sí, pero sabido es en el arte de la guerra que una cosa es ganar y otra muy diferente es saber administrar la victoria. Para él y para Sánchez, que ha estado notoriamente comedido, aunque indisimuladamente satisfecho, con el escenario.
Dejando aparte el hecho de que un delincuente y un prófugo de la justicia aspire a dirigir un gobierno autonómico, el chantaje de ERC al PSOE con su insensato adelanto electoral le ha estallado merecidamente en la cara, perdiendo 13 escaños y siendo, sin lugar a dudas, el gran derrotado. Las negociaciones están encima de la mesa, pero lo cierto es que Aragonés se apresuró a afirmar que pasarían a la oposición, mientras que un desafiante Puigdemont habló de unidad. ¿Por qué? Pues porque sabe que la Amnistía hecha a su medida está a punto de caer del árbol, y que ello le permite apretar las clavijas a Sánchez para que le permita gobernar en coalición con ERC, a cambio de no tumbar el Gobierno.
¿Repetición electoral? No es descartable, pero a la izquierda independentista es un escenario que le aterra, pues se arriesga a quedar como una formación residual. Mirando de reojo el descalabro de la CUP, que pierde 5 escaños. Baja la izquierda y sube la derecha, con la entrada con dos escaños de Aliança Catalana, la ultraderecha independentista que, inesperadamente, le ha mordido escaños a Junts, que se tiene que conformar con subir sólo tres.
Así pasa también en el plano no soberanista, manteniendo Vox sus 11 escaños y subiendo el PP 12, hasta situarse en los 15, mientras que Comuns Sumar baja 2 hasta los 6. Quiere esto decir que, a un lado u otro del espectro independentista, sucede algo similar. Porque, si se suman los escaños de Vox y del Partido Popular, obtenemos 26. Muchos de estos votos proceden del efecto sándwich sobre Ciudadanos, que desaparece esparciendo sus apoyos entre la derecha y el PSC.
Las cosas no están claras y ni el gurú más avezado puede adelantar lo que va a suceder. ERC puede decidir vender caro su pellejo para conformar un gobierno a tres, pasarse a la oposición o hacer causa común con Junts y forzar a lo socialistas a permitir un gobierno de coalición independentista en exclusiva. Toca mover ficha en La Moncloa.
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