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ENTRE LOS SOBRES Y EL FRAUDE ELECTORAL

  • Foto del escritor: Pablo Gea
    Pablo Gea
  • 16 oct
  • 2 Min. de lectura

HUELVA, 16 DE OCTUBRE DE 2025

Si se acaba probando la existencia de un fraude electoral masivo, junto a la financiación ilegal del PSOE, no es que Sánchez tenga que dimitir. Es que el PSOE tiene que disolverse.  

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Un problema derivado de los constantes escándalos con los que el PSOE nos obsequia prácticamente a diario es la normalización de lo intolerable. Y es que el mero hecho de que Aldama haya asegurado que el Gobierno ha orquestado un macrofraude electoral utilizando a Indra ya sería para salir a la calle. Y no es algo infundado, por cuanto ya son varios los juzgados de instrucción de diferentes localidades en zonas dispares de todo el país los que están investigando esto.  

 

Buceemos un poco en la memoria para recordar que estamos ante gente a la que no le ha temblado la mano a la hora de manipular sus propias elecciones primarias. Nadie se acuerda ya de esto, pero es de una gravedad tan grande que, ya de por sí, les inhabilita moralmente para estar en la Moncloa. A esto hay que añadir el asunto de los sobres. Sobres de verdad, físicos, que todos hemos podido ver gracias al informe de la UCO. Para pagar los folios de Ábalos y las chistorras de Koldo. Todo queda en casa.  

 

No es una casualidad que en el PSOE lleven un tiempo calladitos, con lo locuaces que han estado hasta no hace mucho. Pareciera que les hubieran dado cuerda. Tienen que fabricar un relato convincente, y tienen que hacerlo ya. Pero se les acaba el tiempo. Porque incluso el tema de los sobres, que han utilizado constantemente como herramienta simbólica para diferenciarse del Partido Popular, se les ha agotado ya.  

 

La cuestión ahora es que la oposición tiene que pisar el acelerador para dejar claro a la población una verdad de la que no cabe discrepar: si hubo fraude y hubo financiación ilegal, ni Sánchez ni el PSOE pueden permanecer en el poder ni un segundo más. ¿No fue ese el motivo esgrimido por su propia propaganda cuando se cocinó la Moción de Censura contra Mariano Rajoy y el PP? Pero no es esta la única razón, ni siquiera la más importante. Es que España no puede seguir considerándose un Estado de Derecho ni una Democracia si un Ejecutivo así está rigiendo sus destinos. Es algo que ni sus más acérrimos partidarios pueden defender si son demócratas sinceros. Lo que visto lo visto, cada día es más dudoso.  

 

 

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