NIÑOS SAHARAUIS, NO
Son malos, genéticamente réprobos, políticamente canallas y socialmente, miserables. Me refiero, cómo no, a los políticos sanchistas. No...
España es un paciente resistente para que vamos a engañarnos. Ya lo dijo, o quizá no, Bismarck: "España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido". Nunca se sabe si exactamente lo dijo, seguro que lo pensaba y más cierto aún: la frase es pura verdad.
HUELVA, 17 DE JULIO DE 2025
Cuando el alemán se supone que pronunció su aserto, a la vez que profecía, España había vivido un siglo terrible: guerra de independencia, guerras de sucesión, golpes de estado, intentonas, sublevaciones, rebeliones cantonales, guerras civiles, además de caída de la monarquía y asesinato de dos presidentes de gobierno.
Vale, no hemos llegado a este nivel, y afortunadamente, todavía queda estado de derecho y, escaso, pero algo de sentido común. Una vez escribí, con motivo de la DANA que asoló Valencia, que nos habíamos comportado como un "estado fallido" y Luis Blanco, amigo, politólogo y contertulio, me lo reprochó con razón y como tenía razón, se la voy a dar.
Ahora bien, estará de acuerdo conmigo que nuestro país, antes se llamaba España, ahora no sé, padece un notable fallo multiorgánico que produce y ha producido una polarización social y política tal que nos preside un conflicto que paraliza las instituciones, anima la bronca territorial, envenena la política y contagia los comportamientos sociales.
En plena crisis migratoria, con discursos radicales por medio, una ministra, que ha convocado mal una reunión con comunidades autónomas, ha rechazado cumplir la orden del Tribunal Supremo de responsabilizarse de menores inmigrantes en Canarias, con petición de asilo, decide unilateralmente cuántos inmigrantes deben ir a cada comunidad. Naturalmente, a Cataluña y País Vasco no, no se vayan a molestar o quizá ya no son España, Las comunidades dan plantón, Y así, alimentamos, con notable impericia, un conflicto institucional más y le damos alas al discurso de odio.
Acabamos de aprobar un notable oximorón político: el cupo solidario, que no solo es inaplicable, sino que vuelve a romper la mayoría que apoya al gobierno, impide que haya, en consecuencia, presupuesto y, acabará haciendo retornar la "hiperventilación" catalanista, cuando no se cumpla lo acordado. Por cierto, la modernísima, liberal y tolerante Catalunya expresa un 20% de voto a la xenofobia (Acción Catalana y VOX). Señora Nogueras, casi me parece otro mundo ir por allí, o algo parecido.
Lío tras lío, con el único objetivo de aguantar hasta después de las vacaciones en La Mareta (palacio de vacaciones de Sánchez en Lanzarote) a ver si escampa, si lo de Montoro y el novio de Ayuso tapan otras vergüenzas o, a lo peor, la UCO da un nuevo disgusto.
La Unión Europea dice que lo de la amnistía no cuela, que menos agricultura y mas gasto militar y, por si poco fuera, abre expediente a España por intervenir, desde el Consejo de Ministros, en la OPA del BBVA sobre el Sabadell y por algunos decretillos con los que el señor Cuerpo se ha reservado algunos poderes que no debiera.
No nos quieren ya, no son progresistas, pero el caso es que la sección europea no funciona, mientras Albares mendiga el reconocimiento del catalán como lengua oficial europea. Con cierta sospecha de que solo lo hace por quedar bien con el huido.
Vale, haremos política social, decía la señora de Sumar (o quizá ya no es la que manda en Sumar), pero el Gobierno no puede llevar la reducción de jornada al Congreso, no sabe si tendrá votos. Para esto ni para nada, para que engañarse.
La justicia vive un conflicto permanente desde que a Bolaños le dio por incendiar la carrera judicial y al Gobierno por hacer que el Constitucional sustituyera la casación del Supremo. Las candidatas a las salas más importantes del Supremo (progresistas) se retiran: al parecer, el Consejo General del Poder Judicial no funciona como debiera.
Los economistas más reconocidos han decidido darle el verano al socialismo realmente existente.
Sostienen que veranean los extranjeros y los españoles que se endeudan, que los demás no salen. De golpe, descubrimos la fragilidad del cohete en que andaba nuestra economía (pensiones, inversión pública, productividad, también la cesta de la compra y la vivienda se comen los salarios, el empleo está dopado, la sanidad flaquea, como la dependencia, juventud, capital humano, los fondos europeos no se gastan, la economía privada no llega a ellos). Vaya inicio de verano que nos están dando.
Difícilmente podrán desafiar mi inventario, incluso álguien decidirá añadir alguno, problemas de seguridad y capacidad de las fuerzas de seguridad para afr noontarlo, por ejemplo. De las instituciones representativas del pueblo soberano ni hablamos.
Lo malo de un fallo multiorgánico es que destroza la democracia.
Convertida la izquierda en un conjunto de identidades ignotas que sustituyen a las viejas clases trabajadoras o a la pequeña burguesía, ahora empobrecidas y observando el ejercicio clientelar de infinitos e identitarios grupos de presión, no hay portavoz social. El error de la izquierda ha sido renunciar a lo que fue desde 1979: un instrumento de pactos de clase. Convertida la derecha en un parapeto, con una muleta reaccionaria que espanta a cualquiera. El error del centro derecha es haber tonteado mucho con batallas culturales que no son las suyas.
El conflicto para la búsqueda del consenso es la razón de la política. Sin esa búsqueda, y quedando solo el conflicto, el decretazo permanente, el autoritarismo. el personal busca las más duras orillas donde refugiarse. No es que venga la extrema derecha, es que la estamos trayendo.
Del fallo multiorgánico no se sale sin droga y sin dolor. Quiero decir alternancia y rincón de pensar. O, si no, la profecía de Bismarck. Es lo que hay.
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