Pardo de Vera ha manifestado la realidad metafísica de su servidumbre al pagador: “Hay que ser tonto para ser negro y ser fascista”.
HUELVA, 30 DE ENERO 2025.
La infelicidad trae causa del conformismo, -pese a estoicos y epicúreos-, que precede al sometimiento de los más desdichados ante los cafres más poderosos. La lucha señala el triunfo o la derrota. Mas no hay victoria sin pelea. No necesitamos batallar para vivir. Pero ya inmersos en el combate, eludirlo es un error. Frente a la voluntad claudicante, tengan arreglo o no las cosas, que postulaba Confucio, quédense con Schopenhauer: “Toda la vida es una lucha”.
El cortesanismo y la cortesanía comparten lexema pero discrepan en la semántica. En este concepto, el género pulsa partes blandas del organismo. Si es cortesano, pertenece a la corte. Si cortesana, como prostituta elegante se presenta. En común, el servicio al poder de unos y de otras. El periodismo, en su versión woke de terminales mediáticos, no puede ocultar su obsequiosidad hacia la potencia palatino-monclovita. Cientos de millones son un fortísimo vínculo.
NOTA. Pardo de Vera ha manifestado la realidad metafísica de su servidumbre al pagador: “Hay que ser tonto para ser negro y ser fascista”. El mazazo verbal de esta infame izquierdista “bien nutrida” me recuerda la pintura de Cézanne, de trazos a golpes, para crear sensación de volumen. El bofetón dialéctico se dirigió al rostro de un político de raza negra con ideología de derechas. Cuando alguien vende su lengua a un político chuleta, incurre en racismo y en odio…
…Y COROLARIO. Pardo de Vera apenas conoció a Franco. Bertrand Ndongo, tampoco. La dama vive mejor, al igual que el mecenas monclovita, atacando a quienes no ultrajan, como el de Vox, al que fuera dictador español.
RECORDATORIO. La pobre Pardo de Vera nunca leyó a Russell. De hacerlo, no seguiría su tesis: Hay que “difundir culturas que habitúen a la revisión de las ideas propias y a la tolerancia mutua”. Pobre Pardo. Vive de los intolerantes.
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