QUE LO EXPLIQUEN
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El Presidente del Gobierno en estado puro. Esto es el PSOE. Pero ¿es España?
HUELVA, 11 DE MAYO 2025.
El diario El Mundo revela de manera cruda la forma de conducirse de nuestro excelso dirigente. A pelo. Sin matices. El ser humano detrás del mito y de la propaganda. La verdad tras el Manual de resistencia, que sí que puede ayudar ahora a muchos votantes a tocar tierra firme.
Las conversaciones de WhatsApp entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos son de una dureza estremecedora. Muestran, sin ningún tipo de filtro, las tácticas matoniles y dictatoriales de unos hombres decididos a imponer su poder a toda costa. Sin principios morales y sin escrúpulos de ninguna clase. Con una agenda clara: marcar a los barones disidentes dentro del PSOE y disciplinarlos incondicionalmente tras la batuta de su líder incontestable. Una pulsión de la que Sánchez siempre hizo gala, pues estamos hablando de un tipo que trató de manipular un Comité Federal por medio de un pucherazo con un método tan peregrino como esconder urnas electorales tras una cortina.
Una vez de nuevo al timón, había que cobrarse una cumplida venganza. Y vaya si se la ha cobrado. Rodeado de la peor gente posible, como puede ser alguien como Ábalos, símbolo de la opulenta corrupción que pudre la política española hasta que el hedor la hace irrespirable. Como se puede comprobar de la lectura de las conversaciones, la familiaridad y la cercanía entre el Presidente y el Ministro es paladina. Algo más que cercanía personal. Se trata de una amistad. Una amistad letal unida para destruir la disidencia dentro del partido.
Es muy posible que esto no afecte electoralmente a Sánchez ni genere un solo movimiento en el PSOE. A fin de cuentas, como el mismo Presidente afirma, los disidentes son una minoría, y el aparato del partido está totalmente a merced del puño de hierro de un líder totalitario. Quienes han insistido una y otra vez en la envidiable democracia interna del Partido Socialista tendrá que guardar a partir de ahora un silencio vergonzoso. Porque, o bien ignoraban esto, o lo sabían y callaron cobardemente.
En cualquier caso, cabe preguntarse ahora si esta gente es digna de representar a los españoles. Si estos tipejos, que actúan como una mafia mal avenida, deben de seguir ostentando los puestos de responsabilidad que tienen. E incluso los mismos militantes del PSOE han de reflexionar, pensando en la travesía por el desierto que les espera durante el ‘possanchismo’, si este tipo de actitudes y de forma de liderar les representa a ellos como personas.
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