Cabalgar entre la seducción y la traición comporta una confesión grave: Quien va de mártir, Pedro, verdugo es.
HUELVA, 6 DE ENERO 2024.
Entre “Don Juan Tenorio” y “Traidor, inconfeso y mártir” de Zorrilla, la memoria me conduce, diligente, al fraile Tirso de Molina en un salto atrás desde el Romanticismo al Siglo de oro españoles, con una frase certera que ahoga en cieno la política y la sociedad de dos centurias atrás: “Quien bien tiene y mal escoge, del mal que le venga, no se enoje”. Cabalgar entre la seducción y la traición comporta una confesión grave: Quien va de mártir, Pedro, verdugo es.
En estos días finales de 2024, enfrascado en el silencio de mi casa de Huelva y absorto en mi soledad, bien acompañada, de mis lecturas y de mis apuntes cacereños, he reflexionado, como tantas veces en el último quinquenio, sobre la feria perenne de esta España, que va peor a causa de los rezos satánicos del enloquecido de Moncloa que conjura la realidad en nombre de la razón de un Estado constitucional removido en sus cimientos por bombas de racimo golpista.
NOTA. Un opúsculo de Tirso, “No le arriendo la ganancia”, retrata, despiadado en el análisis de su tiempo, cómo aquellas acciones pueden reproducir sus efectos en la era de la inteligencia artificial. “¿Un villano ha de tener con el rey cabida tanta?”, cuestionaba la envidia al desabrimiento, que respondía: “Sí, que le levanta cuando menos el poder”. Donde hay poder, qué falta hace el honor. El Antonio Pérez de Felipe II es el Pedro Sánchez de Felipe VI. Traidores ambos…
…Y COROLARIO. El burlador de Sevilla de Tirso no es el tenorio que inmortalizó Zorrilla. Los dos “juanes” ejercieron, como el desleal Pedro, una gran violencia sobre la sociedad de sus tiempos y degradaron a las mujeres.
RECORDATORIO. El presidente de España es un burlador, un estafador del amor, que hace del engaño su protección sin importar el número de víctimas. Como tal, no escapará a la justicia humana. Ni a la divina.
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