A NINGÚN SITIO CON FEIJÓO
El apellidado Esteban, de indudable raigambre vasca, se conoce como Aitor porque, de llamarse Sancho, lo corren a gorrazos en las...
Cuando te aplaude el enemigo, mal vas.
HUELVA, 13 DE JULIO 2025.
Lo del Partido Popular de Feijóo no tiene arreglo. Y cada vez va a peor. Al igual que Pablo Casado en su momento, un impulso tan siniestro como absurdo lleva a los populares a pensar que acercarse a lo que dicen combatir les dará votos. Y puede que se los de, pero no los que necesitan para gobernar en solitario. La decepción mayúscula del primer gobierno de Mariano Rajoy sigue prendida de manera indeleble en la retina de millones. El Partido Popular, después de haber dejado impoluta la herencia del Partido Socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, no puede pretender ahora convertirse en el bastión moral de la oposición.
Fue Mariano Rajoy, para aquellos que sí tengan buena memoria, quien echó a los liberales y a los conservadores del partido, para quedarse con una plataforma burocratizada y funcionarizada, que no tiene más ideología que conquistar y retener el poder. Nada de lucha ideológica ni de batalla cultural. Tan sólo ir a rebufo de la agenda dictada por el PSOE, sólo que con diez años de atraso. Si esto es lo que tiene que reemplazar al gobierno de Pedro Sánchez, es evidente a lo que tiene que atenerse España. Nada de cambio real. Sólo más de lo mismo.
Está claro que la estrategia del PP es distanciarse lo más que pueda de Vox para conseguir un voto más moderado. Concretamente, de esos ‘moderados’ de la derecha del PSOE, que se sienten incómodos con la deriva actual del partido, que ya lleva algunos años. En un supuesto ‘viaje al centro’ que comenzara con Aznar y que amenaza ahora con rebasar ese mismo centro para pasarse a la izquierda. De manera que, a ojos de sus analistas, Vox quede a la derecha, el PP en el centro y el PSOE y sus socios a la izquierda. Quién lo iba a decir. Feijóo es un socialdemócrata y él mismo lo reconoce. Lo que ni él mismo se cree son los valores de regeneración y libertad que afirma querer transmitir a todo el partido. No porque muchos de sus militantes, simpatizantes y votantes no los compartan, sino porque la estructura del partido, una vez que se hace con los resortes del poder, no hace nada por materializarlos.
El error que comete el PP de Feijóo es no darse cuenta de que el eje Izquierda/Derecha hace mucho que voló por los aires, y que ha sido sustituido por el más adecuado Globalismo/Soberanismo. Por eso millones de personas están votando a Vox en España, como en Portugal han votado a Chega!, en Francia a Reagrupamiento Nacional, en Países Bajos al Partido por la Libertad, o a Alternativa para Alemania en el país germano, por poner algunos ejemplos. En Italia gobierna Meloni, en Hungría Orbán y en los Estados Unidos Donald Trump. Los antiguos consensos se han roto, y quienes ven su futuro comprometido apuestan por líderes y formaciones que vienen a romper la baraja.
Por esta razón, es muy posible que en el PP tengan que tragarse sus palabras cuando afirman que estarán dispuestos a repetir elecciones con tal de no pactar con Vox. Como si fuese tan sencillo y se pudiera estar gastando millones de euros del contribuyente en una sucesión constante de comicios sólo por la ambición absoluta de poder de un partido. En cualquier caso, con su torpe finta los populares lo único que hacen es colocar en el centro del tablero político a los soberanistas, que son quienes pueden dictar ahora los tiempos y decidir los escenarios donde se lucha. Un guante que puede recoger ahora perfectamente Abascal, pero no en el sentido en el que pretende Feijóo, sino en aquél que pasa por entender que es el momento de apretar el acelerador y devorar al PP por la ‘derecha’, para convertirse en la formación hegemónica en ese espectro y reducir a los populares no al ‘centro’, como ellos quieren, sino a la ‘izquierda’, junto con el PSOE. El único lugar que ellos quieren y que auténticamente merecen.
Yorumlar