HUELVA, 4 DE SEPTIEMBRE 2024.
Una puerta giratoria en política denota bastardía. Si más que puerta es portón, connota indignidad, degeneración de la naturaleza del nombramiento de cargos públicos. Es la ceremonia bestial de miserables que cantan a la pederastia y a la prostitución forzada. Es el culmen de la mala fe institucional. Es la maldición de quienes denuncian la falta de transparencia del adversario y ellos la practican hasta el frenesí. Es la seña de identidad del sanchismo y del podemismo.
La infamia, la vileza, la ilegitimidad, la condición adulterina de la política como fraude del amancebamiento son fórmulas de publicitación de todo gobernante indigno del cargo que ostenta. Malditos y bastardos quienes ejercen el ilícito acto de desviación del poder. Rufianes y bellacos los administradores, públicos y privados, que se valen de los racamentos de sus predecesores para justificar latrocinios. Begoñistas activadores de portones que juraron eliminar.
NOTA. Vivimos un ciclo de desgobierno en el que la transparencia, el análisis crítico y la coherencia personal se enmarcan en la diana de lo espurio y de lo ilegítimo. Pumpido en el Constitucional, Gª Ortiz en la Fiscalía, Tezanos en el CIS y, ahora, Escrivá en el Banco de España, ejemplifican la personalidad de un maldito gobierno bastardo, por antidemocrático. Urnas, ya. Antes de que Sánchez, Robles, Ábalos y Armengol perpetren el fatídico descalabro nacional…
…Y COROLARIO. El gran dictador se rodea de mercenarios dentro y fuera del gobierno. Su tendencia a la maldad es implacable con tal de seguir viviendo de las cloacas donde reptan como ideólogos bastardos y bisojos.
RECORDATORIO. Dedicado al amigo Mariano por su sabiduría al expresar: “Hay quien mira de soslayo el ascenso de partidos radicales, que yo no llamaría de extrema derecha, en Europa”. Comparto su proclama.
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