Hoy, es el XVI aniversario de la muerte del sacerdote, don Francisco Girón. A las siete y media se celebra una misa en su recuerdo, en la Parroquia de San Pablo.
HUELVA, 15 DE ENERO 2025.

Hoy, es el XVI aniversario de la muerte del sacerdote, don Francisco Girón. A las siete y media se celebra una misa en su recuerdo, en la Parroquia de San Pablo (calle Villablanca del Barrio de Fuentepiñas).
Anoche, tuve la oportunidad de pronunciar una conferencia, en la capilla de Ntra Sra Del Prado, invitado por la entusiasta y joven Hermandad, sobre el tema: “16 años sin el cura Girón”. Un año más vuelvo a escribir de él, en el aniversario de su muerte. Su legado sigue vivo en nosotros, su ejemplo nos inspira y olvidarlo nunca será nuestra opción.
Aquí seguiré escribiendo de quien ha dejado huellas profundas (padrino de mi hija, Maria) y en tantas otras personas. Su ausencia duele, pero su impacto permanece, especialmente, en la gente de su barrio.
Escribo cada año, porque su historia merece ser contada una y otra vez, a quienes lo conocieron y a los que no tuvieron la suerte. Para que su figura no se pierda en el tiempo.
Cada año, en el día de su aniversario, me dispongo a recordar a un hombre
de Dios. Cuyo testimonio de fe, entrega y compromiso social no se ha apagado con el tiempo, sino que, por el contrario, ha aumentado de valor.
ESCUCHABA CON PACIENCIA Y CONSOLABA CON TERNURA
Mi intención es mantener viva su memoria, en esta pagina de Facebook, mientras avanza su camino hacia la santidad. En un mundo que tanto necesita de buenas personas, su vida es un soplo de esperanza y un compromiso evangélico.
No sabemos si algún día será canonizado, pero para quienes lo conocimos su ejemplo sigue siendo un faro de luz. Su legado está en obras materiales y espirituales, pero especialmente reside en quienes ayudó a acercarse a Dios.
Estas personas ya lo consideran un santo, tal como anoche lo pudimos escuchar en la Capilla de la Hdad Ntra Sra del Prado.
Conclusión: Para entender la santidad del cura, Paco Girón, no hay que recurrir a grandes milagros o hechos extraordinarios. La santidad la manifestó en sus 45 años de sacerdocio, en lo simple y cotidiano y en su cercanía con la gente. Para mi familia no sólo fue un sacerdote cercano y ejemplar, sino un padre espiritual.
Por ello, he querido ilustrar el BD con una foto de Carmen y el Cura, don Francisco Girón, hecha en su casa de Higuera de la Sierra, dos años antes de su muerte.
Un alma de cielo que escuchaba con paciencia, consolaba con ternura y animaba con la fuerza de la fe. Nunca criticaba, ni buscaba protagonismo o alabanzas, sino que vivía para servir a los demás.
Su sonrisa era un bálsamo, su palabra un consuelo y ahora, desde las alturas, su oración es un puente entre el cielo y la tierra.
¡BUENOS DÍAS!
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