HUELVA, 2 DE OCTUBRE 2024.
Hoy escribo de Manuel Garcia Felix, un alcalde- poeta, quien el pasado sábado pronunció, de forma brillante, el pregón de la Coronación Canónica de la Imagen de Maria Auxiliadora, que tendrá lugar el sábado, día 5 de octubre, en la Plaza de España de La Palma.
Fui a La Palma del Condado, invitado por un alcalde con alma de poeta, a escuchar a un hombre que tenía la oportunidad de despedirse de su pueblo, pregonando a la Virgen que todos adoran.
Por ello, no me extrañó sus gracias emocionadas a la Archicofradía: “Me habéis hecho un regalo que no olvidaré jamás…”.
Manuel Felix ha sido, durante 10 años, un alcalde -poeta y deja el puesto para seguir como Diputado en Madrid.
Ha ejercido el oficio soñando en conseguir el mayor desarrollo de su pueblo, el bienestar y la calidad de vida de sus vecinos/as.
Persona cordial, dialogante, educada, positiva, prudente, razonable, tolerante, tranquilo, sincero, buen trato, atento, afectuoso y, como al principio decía, con un alma grande de poeta.
En los años 60, el presidente de los EE UU, John F Kenedy, afirmaba: “Si hubiera más políticos que supieran de poesía, y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar mejor para vivir”.
La frase es magnifica. Pero, con varias guerras en el mundo y la fuerte polarización ideológica de España, parece una necedad hablar ahora de dos fenómenos dispares: política y poesía.
Sin embargo, el sábado pasado, la poesía de Manuel Garcia Felix rompió todas las barreras, en su pregón a Maria Auxiliadora, y estuvo centrada en sus propias vivencias en su vida, desde niño, y en un diálogo de su yo interior con Maria Auxiliadora.
“¡QUÉ SUENEN LAS CAMPANAS. ALLÁ POR LAS ALTAS TORRES!”
A las 9,40 minutos de la noche, se montó en una barca de flores y amores, durante más de una hora, para navegar por el mar de su pueblo, entre olas de emociones y sentimientos.
Primero, miró a la historia para señalar que “mucho antes de llegar la Virgen a este pueblo, los primeros cristianos (año 300) acostumbraban a invocarla con el nombre de Auxiliadora”.
Para el pregonero: “La semilla de la devoción a Maria Auxiliadora, estaba sembrada en La Palma”.
Manuel, se desvivió en alabanzas a don Bosco y a la obra del Colegio de los Salesianos de quienes afirmó: “Con su ejemplar y magnifica labor, han aportado valor, a la juventud del pueblo, en forma de bienes espirituales y docentes”.
A la Virgen Auxiliadora la definió como: “Reina de los Salesianos”, y saludó, entre el publico, a Esperanza Bravo, hija del imaginero que esculpió la imagen de la Virgen en 1940.
Una talla de gran calidad iconográfica, que rompió todos los cánones de la época, por su alto valor estético.
El Teatro “España”, estaba lleno de un publico emocionado, que interrumpía al pregonero con largos y encendidos aplausos. Muestra del fuerte arraigo de los palmerinos a la “Reina de los Salesianos”.
Por ello, el pregonero no podía terminar su pregón de otra forma que con bellas palabras de un alcalde con alma de poeta:
“Es el pueblo el que te espera. Es el pueblo el que te aclama. El que te acoge entre sus calles y plazas. El que te sube a la fuente nueva y fuente vieja. El que te adorna la belleza de tu cara. Es el pueblo que te quiere y el que siempre te demanda.
“¡Ay, Maria Auxiliadora, cómo te quiere La Palma, que te ha hecho una corona para verte coronada!
¡Qué suenen ya las campanas, allá por las altas torres, en nuestra plaza de España, el sábado por la noche!”.
“BUENOS DÍAS”
Comments