HUELVA, 18 DE JUNIO 2024.
El realismo de este comentarista no discurre por los vericuetos mágicos de García Márquez. Se mueve más entre los últimos momentos del dictador que Vargas Llosa describió en “La fiesta del chivo”. A fuer de prosaico, más me tengo, en palabras de Churchill, como un optimista que ve en una oportunidad el fin de la calamidad. El desastre español anuncia la solución con nombre de mujer. Ella es la cruz que aterra al anticristo de Moncloa. Es Isabel, que no Alberto.
Feijóo gana elecciones, pero no se come una rosca. Sánchez las pierde y se pone morado. Según Whalley, el mejor antídoto contra la demencia es cultivar la amistad con una mujer inteligente. Si Isabel es la Marie Curie de la derecha civilizada, por qué la dejan en el banquillo. Su sola presencia licúa al PSOE en pleno. En este desafío constante de la madrileña, el indeciso Alberto no cree llegado el momento de hacer comparecer en el Senado a Begoña. Jo.
NOTA. Si Alberto fuera solo elector, pero no elegible, formaría parte de la tropa de los votos vergonzantes. Es el sufragio de los que se ruborizan por el qué dirán. El hombre es un mixto de Mariano y de Soraya. En inseguridad ciudadana y en repunte de precios de alimentos, el mendrugo calla. En manipulación de jueces y de medios, se ahoga en su sinecura. Su oportunidad se llama Isabel. Su muro es Pedro. Piedra, papel, tijeras. La psicología humana no es aleatoria…
…Y COROLARIO. Para lealtad, la de Isabel. Para futilidad, la de Alberto. Si a Cataluña se regala la independencia fiscal, qué acciones “forgianas” prepara la derecha. ¿Una misa? ¿Una reunión en Colón? Vamos, Alberto.
RECORDATORIO. La oportunidad tiene fecha de caducidad. Patead el miedo. Odiad la pereza. En su defecto, el chivo monclovita seguirá de fiesta.
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