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La familia, como núcleo esencial de la sociedad, no sólo es el espacio donde aprendemos a relacionarnos, sino también es una “escuela viva” donde se practica el valor fundamental de la comunicación.
HUELVA, 19 DE MARZO 2025.
Al final de los 80, principio de los noventa, estaba comprometido con las “Escuelas de Padres” en dos colegios de Huelva. Cada quince días invitábamos a algún experto/a familiar a hablarle a los padres. Si el ponente fallaba alguna vez, me veía obligado a sustituirlo. Un día tuve que dar una charla y la titulé: “La familia, escuela de comunicación”, coherente con mi profesión de periodista.
Ayer, al buscar otros trabajos, me encontré los papeles de esta charla, dada en 1990, hace 35 años. Al leerla, vi que no estaba desfasada. Parecía escrita hace unos días. Por ello, he pensado resumirla en 40 líneas y compártirla contigo, en el “Día del Padre”, por si te puede servir.
La familia, como núcleo esencial de la sociedad, no sólo es el espacio donde aprendemos a relacionarnos, sino también es una “escuela viva” donde se practica el valor fundamental de la comunicación. Este pilar, aunque en teoría parece simple, es complejo en la practica, pues requiere madurez emocional y compromiso constante.
LA FAMILIA, ESCUELA DE COMUNICACION
La comunicación en la familia actúa como puente entre las diferencias (padres y hermanos). El diálogo, abierto y empático, permite expresar libremente las necesidades, miedos y afectos, sin juicio alguno. Esto no implica ausencia de conflictos, pues la familia perfecta no existe, sino el resolverlos desde el respeto.
Cuando los padres escuchan activamente a los hijos, y los cónyuges saben negociar el papel de cada uno, se crea un ambiente donde cada miembro de la familia se siente valorado.
Por el contrario, cuando hay falta de comunicación, o existen resentimientos personales acumulados, las relaciones familiares suelen ser tóxicas. Por ello, es clave cultivar desde temprano la escucha activa y la paciencia. Sin miedo a las normales tensiones surgidas en cualquier convivencia familiar.
Conclusión: En un mundo cada vez más individualista, la familia es el mejor refugio, donde se aprende que la comunicación no es solo intercambios de palabras, sino construcción de puentes que unen las distintas sensibilidades.
La familia, como escuela de comunicación, nos prepara para vivir en sociedad, recordándonos que el amor verdadero se nutre de la capacidad de escuchar, comprender y, sobre todo, de volver a empezar.
¡BUENOS DÍAS!
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